Era 23 de agosto de 2016 cuando Solsiret Rodríguez, estudiante de Sociología y activista, fue vista por última vez. Desde entonces, sus padres, Rosario Aybar y Carlos Rodríguez, la buscaron incansablemente sin respuesta alguna. Cerca de cuatro años más tarde, Andrea Aguirre, concuñada de Solsiret, confesó haber descuartizado el cadáver tras ser detenida junto a su pareja Kevin Villanueva.
Pese a que el fiscal encargado del caso, Jimmy Mansilla Castañeda, del Segundo Despacho de la Quinta Fiscalía Penal del Callao, aseguró que la detención preliminar de ambos es por ‘encubrimiento agravado’ y por ‘homicidio simple’, la familia de Solsiret asegura que su muerte fue un feminicidio.
La República conversó con la abogada de la familia de la víctima, Ivonne Macassi León, quien explicó que según el artículo 108-B del Código Penal Peruano, “será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte años el que mata a una mujer por su condición de tal”, ya sea por violencia familiar, coacción, hostigamiento sexual, abuso de poder o discriminación contra la mujer.
Como se recuerda, en una entrevista que brindaron los progenitores de la joven a La República en 2019, el señor Rodríguez aseguró que antes de la desaparición de Solsiret, ella le confesó a su madre que era acosada sexualmente por su cuñado Kevin Villanueva. Y no solo ello, sino que Brian Villanueva, pareja de la occisa y hermano de Kevin, sabía de lo que ocurría e hizo caso omiso. Incluso en aquel entonces, el padre afirmó que sospechaba que su hija era también víctima de los celos y manipulación.
“Totalmente. Es un feminicidio porque hay una circunstancia de violencia previa que se dio antes de su desaparición”, enfatiza la excongresista Indira Huilca. Si bien el crimen directo habría sido por parte de Andrea Aguirre, “se ha demostrado que Solsiret vivía en un entorno familiar con situaciones de violencia, hostigamiento y acoso sexual”, añadió